La Universitat de Barcelona ha reflejado en un nuevo estudio internacional, basándose en un nuevo índice de biomarcadores dietéticos, una correlación entre las personas que siguen una dieta mediterránea con una menor mortalidad en adultos mayores de 65 años.
Esta investigación ha sido publicada en la revista BMC Medicine y ha contado con la colaboración del Instituto Nacional de Envejecimiento (NIA) de Estados Unidos. Tiene como punto de partida el proyecto InCHIANTI, desplegado en la región italiana de la Toscana. A lo largo de este programa se ha realizado un seguimiento durante 20 años a un total de 642 participantes de 65 años o más.
Durante estas dos décadas fallecieron 425 personas, 139 de las cuales por enfermedades cardiovasculares y 89 por causas relacionadas con el cáncer. La puntuación de la dieta mediterránea mediante biomarcadores, se asoció inversamente con todas las causas de defunción.
¿Qué papel juegan los lácteos dentro de la dieta mediterránea?
Esta dieta es archiconocida por el alto consumo de verduras (frutas, hotalizas, verduras, frutos secos, cereales, legumbres) y aceite de oliva como grasa saludable. Pero, además de estos dos pilares, el régimen indica la necesidad de tomar derivados lácteos (queso y yogur), esenciales para prevenir la osteoporosis y las fracturas óseas.
El papel de los lácteos dentro de la dieta mediterránea, así como en cualquier dieta variada y equilibrada, es muy relevante. Los lácteos son una fuente impresionante de proteínas de alto valor biológico, aportando vitaminas y minerales, como el calcio y el fósforo.