Las clases, los deberes, las actividades deportivas, las extraescolares… La vuelta al cole es todo un reto para los niños, que en estas fechas necesitan más que nunca una alimentación rica y variada que les proporcione energía. De sobra es conocido que los lácteos son un elemento fundamental en toda dieta equilibrada, pero ¿sabes cuáles son los principales beneficios de los lácteos para los niños?
Fuente esencial de nutrientes
La leche y sus derivados son una fuente esencial de calcio. Tres raciones de lácteos proporcionan la cantidad diaria de calcio recomendada por la mayoría de los expertos en nutrición. Además, los lácteos son ricos en proteínas de alto valor biológico, ácidos grasos, vitaminas y minerales esenciales para el desarrollo de los niños. Según el Decálogo sobre la importancia de la leche en la etapa infantil elaborado por la Asociación Española de Pediatría, estudios recientes demuestran que la grasa natural de la leche podría contribuir positivamente al mantenimiento de una buena salud cardiovascular y proteger frente a patologías como la diabetes o el síndrome metabólico.
En este Decálogo, la Asociación Española de Pediatría también señala que hay una relación entre consumo de leche y estatura física en niños y adolescentes y que su valor nutricional no puede ser equiparado al de las bebidas vegetales, como la de soja, avena, arroz o almendras.
Evita enfermedades bucodentales
El consumo de lácteos ayuda a prevenir la aparición de afecciones en encías y dientes, como las temidas caries. Una de las proteínas de la leche, la caseína, es la responsable, ya que reduce la adhesión de la bacteria causante de las caries. Las fuertes propiedades antibacterianas de otras proteínas de la leche también contribuyen a mejorar la salud bucodental de los niños.
Hidratación natural
La importante actividad física que suelen realizar los niños y adolescentes hace que sea fundamental una adecuada hidratación, especialmente si se practican actividades deportivas intensas. Los productos lácteos son una fuente natural de electrolitos, que ayudan a recuperar el sodio perdido a través del sudor. La leche, al ser en gran parte agua, ayuda a enfriar el cuerpo y a mantener el balance entre agua y electrolitos.
Contribuye a conciliar el sueño
La arraigada costumbre de tomar un vaso de leche antes de ir a la cama tiene su razón de ser: El triptófano, el calcio y la vitamina B12, presentes en la leche y sus derivados, contribuyen a conciliar el sueño y a que éste sea más profundo y reparador. Y un descanso reparador es fundamental para que niños y adolescentes renueven energías para emprender el nuevo día con fuerzas.
¿Cuál es el consumo recomendado?
Los lácteos son un alimento básico en toda dieta equilibrada. Se recomienda el consumo de 2-3 raciones de leche y lácteos a partir de los 12 meses de edad y hasta la adolescencia, cuando el consumo recomendado pasa a ser de 3-4 raciones diarias. En este otro post puedes consultar cuál es la cantidad diaria recomendada de lácteos para cada etapa de la vida.
Falsos mitos
Actualmente circulan muchos falsos mitos sobre los lácteos y su consumo. La Asociación Española de Pediatría asegura que no hay evidencia científica que relacione la ingesta de leche con el asma o una mayor producción de moco; ni produce síntomas gastrointestinales como hinchazón o gases, excepto en aquellas personas que tienen intolerancia a la lactosa, para quienes se recomienda el consumo de leche y productos lácteos sin lactosa.